La IA no viene a sustituir funcionarios. Viene a cuidar su tiempo.
Introducción: el tiempo perdido
En cada ayuntamiento de España —desde los más grandes hasta los más pequeños— hay una paradoja cotidiana: funcionarios altamente cualificados que dedican horas a tareas que no requieren su criterio ni su experiencia.
Redactar el enésimo certificado. Revisar manualmente datos ya validados. Copiar y pegar el contenido de una resolución. Imprimir, firmar, escanear.
No es falta de vocación. Es falta de tiempo.
Y el tiempo, en una administración pública que quiere ser eficaz y accesible, es un bien escaso y estratégico.
Por eso afirmamos, con rotundidad: la inteligencia artificial no viene a sustituir a las personas que sostienen nuestros ayuntamientos. Viene a cuidar su tiempo, su atención y su criterio.
Un cambio de paradigma
Hasta ahora, la transformación digital en muchos municipios ha consistido en informatizar tareas sin repensarlas.
Sistemas lentos. Formularios con 15 clics. Tramitadores que digitalizan la complejidad sin reducirla.
La inteligencia artificial bien aplicada nos ofrece una oportunidad inédita: automatizar lo accesorio para liberar lo esencial.
No para despedir técnicos, sino para permitirles dedicarse a lo que sí necesita su cabeza.
No para sustituir decisiones, sino para preparar mejor la información con la que se toman.
No para hacer magia, sino para aplicar inteligencia —humana y artificial— donde más valor genera.
¿Qué puede y qué no debe hacer la IA?
La IA puede ayudarte a:
Redactar un borrador de resolución estándar conforme a modelo.
Validar automáticamente datos que se repiten en todos los expedientes.
Sugerir mejoras en un pliego según la LCSP.
Explicar al ciudadano qué le falta en su solicitud, con lenguaje claro.
Un pacto implícito: IA con valores públicos
Cuando una administración adopta IA, no está adoptando solo una tecnología. Está asumiendo un nuevo marco de trabajo.
Uno en el que deben convivir:
Legalidad: RGPD, RIA, principios constitucionales.
Trazabilidad: saber cómo y por qué se ha generado un contenido
Conclusión
La administración del futuro no será una oficina sin personas. Será una administración con mejores personas, mejor informadas, y con más tiempo para lo que realmente importa: tomar decisiones, garantizar derechos y atender a quienes más lo necesitan.
Porque la IA, si se diseña con sentido común y propósito público, no resta humanidad: la libera.